jueves, 27 de marzo de 2008

Nº 13. Del 24 al 30 de Març de 2008


Horario de Misas
MONTAVERNER
LUNES 24. SAN BLAS.
A las 8 Rosario de la Aurora
A las 9 Misa en sufragio de Remedios y Pepita Mollà Martí; los que sufrieron y vivieron la peste y miladro de S. Blas de 1678 y festeros difuntos de S. Blas.
A las 12 Misa Solemne en honor a S. Blas presidida por D. Enrique Benavent.
A las 20.30 Solemne procesión en honor a S. Blas, al finalizar Baile de la Bandera.
Martes 25. A las 9 Misa en sufragio de Encarnación Vidal y familia; Andrés Pau y padres.
Miércoles 26. No hay misa.
Jueves 27. A las 18 Misa en sufragio de Remedios y Pepita Mollá Martí.
Viernes 28. A las 9 Misa en sufragio de Federico Bellvis y difuntos de la familia Bellvis Ferri.
Sábado 29. A las 18 Misa en sufragio de José Tormo y María Mas; Alberto Martínez Psarera; Antonio Méndez Méndez; Remedios y Pepita Mollà Martí; Francisco Vañó y Elodia Soler; difuntos de Ricardo Vidal y Amelia Tormo; Guillermo Alcaraz Chornet; acción de gracias a la Mare de Deu de Loreto de una devota.

Domingo 30. A las 9 Misa en sufragio de Ramón Tortosa y Mª Inés Tortosa; Remedios y Pepita Molá Martí; acción de gracias a Santa Rita y a la Beata Inés por una devota.
Misas en Alfarrasí: L (10), M (-), Mi (19.30), J (19.30), V (19.30), S (19.30), D (11.30 y 19)
Misas en Benisuera: D (10.30 )

CONFESIONES: antes de misa

BENISSUERA.
Domingo 30. A las 10.30 Misa.


ALFARRASÍ

Lunes 24. A las 10 en la ermita misa en sufragio de Enrique Martí, Milagro Vidal y Fernando Martí Vidal; María Sanz Martí; al Cristo de la Agonía pidiendo por una enferma.
Martes 25. No hay misa.
Miércoles 26. A las 19 Rosario. A las 19.30 Misa en sufragio de Filomena Martínez Martínez.
Jueves 27. A las 19 Rosario. A las 19.30 Misa en sufragio de Filomena Martínez Martínez; Concepción Vallés Martí.
Viernes 28. A las 19 Rosario. A las 19.30 Misa en sufragio de Filomena Martínez Martínez.
Sábado 29. A las 19.30 Misa en sufragio de Laure Sanchis Martí; Juan Botella Vidal y Juan Martí Martí.
Domingo 30. A las 12 Boda de Salvador García y Rebeca Andrés. A las 19 misa en sufragio de Anatolio Martí Vicedo y Josefa Calvo Vidal.
Misas en Montaverner: L (9 y 12), M (9), Mi (-), J (18), V (9), S (18 ), D (9 y 12.30)
Misas en Benisuera: D (10.30 )

CONFESIONES: antes de misa, excepto cuando hay rezo



PINCELADAS.
Queridos amigos:
El próximo lunes 24 se celebrará el aniversario del asesinato del Arzobispo de San Salvador Oscar Romero.
Fue precisamente un lunes, 24 de Marzo de 1980 cuando, mientras oficiaba misa en la capilla del Hospital de la Divina Providencia, en la colonia Miramonte de San Salvador, un disparo hecho por un francotirador impactó en el corazón del obispo.
Acababa de pronunciar sus últimas palabras en la homilía, en ella había afirmado: “que este cuerpo inmolado y esta Sangre Sacrificada por los hombres nos alimente también para dar nuestro cuerpo y nuestra sangre al sufrimiento y al dolor, como Cristo, no para sí, sino para dar conceptos de justicia y de paz a nuestro pueblo. Unámonos pues, íntimamente en la fe y esperanza a este momento de oración por Daña Sarita y por nosotros”. En ese momento sonó el disparo.
En aquel momento se fundieron la muerte de Jesús y la del profeta, sacerdote y pastor, en uno de los muchos asesinatos cometidos durante el último tercio del s.XX en esta tierra hermana.
Oscar Romero había nacido en Ciudad Barrios, El Salvador, el 15 de Agosto de 1917. Niño de salud frágil, retraído y callado, alimentó su infancia con la oración nocturna y la veneración al Inmaculado Corazón de María. Fue ordenado sacerdote el 4 de Abril de 1942, a los 24 años de edad.
De regreso al Salvador desempeñó las siguientes responsabilidades: párroco de Anamorós, secretario del obispo diocesano y secretario de la Conferencia Episcopal de El Salvador. Pablo VI le nombró Obispo Auxiliar de la capital, recibiendo la consagración episcopal el 21 de junio de 1970. En 1974 fue nombrado Obispo de la diócesis de Santiago de María y en 1977 Arzobispo de San Salvador.
Fueron en sus últimos años cuando a través de las homilías y la emisora de radio YSAX comenzó a levantar la voz en contra de las matanzas indiscriminadas que sufría el pueblo.
Desde ese momento se levantó una voz en el desierto a favor de los que sufrían, hombres y mujeres vieron en él al pastor que se acercaba a las ovejas para confortarlas y ser “la voz de los sin voz”, de aquellos a los que se les obligaba a callar con la violencia.
Frente al recurso de las armas como medio para liberar al pueblo de la pobreza, Oscar Romero, siguiendo el Evangelio optó por la única arma que Jesús utilizó, la palabra.
Así, vísperas de su asesinato, levantó la voz con estas palabras:
Yo quisiera hacer un llama miento, de manera especial, a los hombres del ejército. Y en concreto, a las bases de la Guardia Nacional, de la policía, de los cuarteles... Hermanos, son de nuestro mismo pueblo. Matan a sus mismos hermanos campesinos. Y ante una orden de matar que dé un hombre, debe prevalecer la ley de Dios que dice: "No matar". Ningún soldado está obligado a obedecer una orden contra la Ley de Dios. Una ley inmoral, nadie tiene que cumplirla. Ya es tiempo de que recuperen su conciencia, y que obedezcan antes a su conciencia que a la orden del pecado. La Iglesia, defensora de los derechos de Dios, de la Ley de Dios, de la dignidad humana, de la persona, no puede quedarse callada ante tanta abominación. Queremos que el gobierno tome en serio que de nada sirven las reformas si van teñidas con tanta sangre. En nombre de Dios y en nombre de este sufrido pueblo, cuyos lamentos suben hasta el cielo cada día más tumultuosos, les suplico, les ruego, les ordeno en nombre de Dios: Cese la represión.
Aquello provocó la condena a muerte.
En Marzo de 1983, en su primer viaje a Centroamérica, Juan Pablo II se detuvo en la catedral de San Salvador y pidió le llevasen a la tumba de Monseñor Romero. Allí se arrodilló y afirmó de él: “reposan dentro de sus muros los restos mortales de monseñor Romero, celoso pastor a quien el amor de Dios y el servicio a los hermanos condjueron hasta la entrega misma de la vida de manera violenta, mientras celebraba el Sacrificio del perdón y la reconciliación”. En su homilía, afirmó “¡Cuántas vidas nobles, inocentes, tronchadas cruel y brutalmente! También de sacerdotes, religiosos, religiosas, de fieles servidores de la Iglesia, e incluso de un pastor celoso y venerado, arzobispo de esta grey, monseñor Oscar Arnulfo Romero, quien trató, así como los otros hermanos, en el Episcopado, de que cesara la violencia y se estableciera la paz”.
Recientemente el Papa Benedicto XVI ha afirmado: “pastores llenos de amor de Dios, como Monseñor Oscar Romero”.
La muerte y resurrección de Jesús no es algo pasado, sino que se revive en tantos pastores que han dado y dan la vida por sus ovejas, en cuantos sufren y mueren por el Evangelio, como Oscar Romero. Valgan también estas palabras:
"Y si me matan, resucitaré en el pueblo salvadoreño."
"Si denuncio y condeno la injusticia es porque es mi obligación como pastor de un pueblo oprimido y humillado"
El Evangelio me impulsa a hacerlo y en su nombre estoy dispuesto a ir a los tribunales, a la cárcel y a la muerte"

José

ESPECIAL PASCUA
El Evangelio del domingo
Lectura del santo evangelio según san Juan 20, 1-9

El primer día de la semana, María Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro.

Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien tanto quería Jesús, y les dijo:

- "Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto."

Salieron Pedro y el otro discípulo camino del sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; y, asomándose, vio las vendas en el suelo; pero no entró.

Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio las vendas en el suelo y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no por el suelo con las vendas, sino enrollado en un sitio aparte.

Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó.

Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.


Palabras del Papa
Queridos hermanos y hermanas:
Estamos aún llenos del gozo espiritual que las solemnes celebraciones de la Pascua producen realmente en el corazón de los creyentes. ¡Cristo ha resucitado! A este misterio tan grande la liturgia no sólo dedica un día —sería demasiado poco para tanta alegría—, sino cincuenta, es decir, todo el tiempo pascual, que se concluye con Pentecostés. El domingo de Pascua es un día absolutamente especial, que se extiende durante toda esta semana, hasta el próximo domingo, y forma la octava de Pascua.
En el clima de la alegría pascual, la liturgia de hoy nos lleva al sepulcro, donde María Magdalena y la otra María, según el relato de san Mateo, impulsadas por el amor a él, habían ido a "visitar" la tumba de Jesús. El evangelista narra que Jesús les salió al encuentro y les dijo: "No temáis. Id, avisad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán" (Mt 28, 10). Verdaderamente experimentaron una alegría inefable al ver de nuevo a su Señor, y, llenas de entusiasmo, corrieron a comunicarla a los discípulos.
Hoy el Resucitado nos repite a nosotros, como a aquellas mujeres que habían permanecido junto a él durante la Pasión, que no tengamos miedo de convertirnos en mensajeros del anuncio de su resurrección. No tiene nada que temer quien se encuentra con Jesús resucitado y a él se encomienda dócilmente. Este es el mensaje que los cristianos están llamados a difundir hasta los últimos confines de la tierra.
El cristiano, como sabemos, no comienza a creer al aceptar una doctrina, sino tras el encuentro con una Persona, con Cristo muerto y resucitado. Queridos amigos, en nuestra existencia diaria son muchas las ocasiones que tenemos para comunicar de modo sencillo y convencido nuestra fe a los demás; así, nuestro encuentro puede despertar en ellos la fe. Y es muy urgente que los hombres y las mujeres de nuestra época conozcan y se encuentren con Jesús y, también gracias a nuestro ejemplo, se dejen conquistar por él.
El Evangelio no dice nada de la Madre del Señor, de María, pero la tradición cristiana con razón la contempla mientras se alegra más que nadie al abrazar de nuevo a su Hijo divino, al que estrechó entre sus brazos cuando lo bajaron de la cruz. Ahora, después de la resurrección, la Madre del Redentor se alegra con los "amigos" de Jesús, que constituyen la Iglesia naciente.
A la vez que renuevo de corazón a todos mi felicitación pascual, la invoco a ella, Regina caeli, para que mantenga viva la fe en la resurrección en cada uno de nosotros y nos convierta en mensajeros de la esperanza y del amor de Jesucristo.
Regina Caeli, Lunes de Pascua (9 de Abril de 2007)

Dónde estás, RESUCITADO?

Que ¿dónde estoy me preguntas?
Estoy aquí con vosotros,
con el alma en flor despierta
en esta Pascua de Amor
galopando por las venas
de vuestra sangre empapada
de un Dios que vive y que sueña.

Que ¿dónde estoy me preguntas?
Desnúdate a la sorpresa,
abre los ojos y mira
hacia dentro y hacia fuera,
que en el lagar del dolor
y en la noria del amor,
Yo, tu Dios, llamo a la puerta.

Que ¿dónde estoy me preguntas?
Resucitado a tu vera.
Gritad conmigo: ¡Aleluya!
Ha merecido la pena.
Seréis testigos, amigos,
de esta verdad verdadera:
RESUCITÉ DEL SEPULCRO
Y CIELO SE HIZO LA TIERRA.

Que ¿dónde estoy me preguntas?
En tu vida es la respuesta.

Señor, que vea…
…que vea tu rostro en cada esquina.
Que vea reír al desheredado,
con risa alegre y renacida
Que vea encenderse la ilusión
en los ojos apagados
de quien un día olvidó soñar y creer.
Que vea los brazos que,
ocultos, pero infatigables,
construyen milagros
de amor, de paz, de futuro.
Que vea oportunidad y llamada
donde a veces sólo hay bruma.
Que vea cómo la dignidad recuperada
cierra los infiernos del mundo
Que en otro vea a mi hermano,
en el espejo, un apóstol
y en mi interior te vislumbre.

Porque no quiero andar ciego,
perdido de tu presencia,
distraído por la nada…
equivocando mis pasos
hacia lugares sin ti.

Señor, que vea…
… que vea tu rostro en cada esquina.

Enamórate !
Nada puede importar más que encontrar a Dios.
Es decir, enamorarse de Él
de una manera definitiva y absoluta.
Aquello de lo que te enamoras atrapa tu imaginación,
y acaba por ir dejando su huella en todo.
Será lo que decida qué es
lo que te saca de la cama en la mañana,
qué haces con tus atardeceres,
en qué empleas tus fines de semana,
lo que lees, lo que conoces,
lo que rompe tu corazón,
y lo que te sobrecoge de alegría y gratitud
En la vida, hermano, en la vida.

Si quieres hacer feliz
a alguien que quieras mucho,
díselo hoy, sé sincero: En la vida, hermano, en la vida…

¿Deseas dar una flor?
No esperes a que se mueran:
mándalas hoy con amor…
En la vida, hermano, en la vida…

¿Deseas decir “te quiero”
a la gente de tu casa,
al amigo, cerca o lejos? En la vida, hermano, en la vida…

No esperes a que se muera
la gente para quererla
y hacerle sentir tu afecto…
En la vida, hermano, en la vida…

Tú serás muy venturoso
si aprendes a hacer felices
En la vida, hermano, en la vida...a todos los que conozcas.

Nunca visites panteones
ni llenes tumbas de flores;
llena de amor corazones
En la vida, hermano, en la vida...

Abre y mira.
A tu alrededor hay mucha
cosas encubiertas.
Descúbrelas.

Levántate y camina.
Ante ti hay un largo camino: el horizonte.
Alégrate y diviértete.
Hay muchos motivos para ello.
Disfruta y valora.
En lo pequeño encontrarás el sentido.

Conoce y ama.
No puedes dejar que se endurezca tu corazón.

Habla y dialoga.
Todos necesitamos ser reconocidos.

Reconoce y perdona.
Así nadie se sentirá excluido.


Agradece y comparte.
Para que todos -también tú- vivamos más a gusto.

Espera y verás.
Muchas cosas pueden cambiar.

Cree y confía.
Estamos en la Pascua
de la gran oportunidad.
Tomado de una web muy interesante
de las agustinas misioneras (http://reflejosdeluz.net)

Han visto nuestros ojos la luz?
Pues caminad hacia ella.
Salid de la oscuridad en la que vivís.
Dejaos inundar por esta luz;
vuestros ojos, vuestro rostro,
vuestras manos, vuestro corazón...
Todo vuestro ser lleno de luz.
Brillad como una luna
recibiendo el resplandor de su Luz.
Puede amanecer sobre vosotros,
despunta el alba.
Podéis escapar de las tinieblas
y disipar las sombras en las que se ahoga la vida.
(Puede ser vuestra la Aurora!
No penséis mucho.
Ni le deis más vueltas.
Dejad de poner frenos a vuestro deseo de vivir:
Reconoced que os gusta la vida,
no os agazapéis en la noche,
no os escondáis detrás de las sombras,
no intentéis disimular la oscuridad...
Desengañaos de una vez:
el mal, el capricho, el egoísmo, la pereza,
el rencor... no dan la vida.
Tampoco el vivir más o menos
ni el Air tirando o el Amal vivir dan la vida.
La vida la dan
la lucha, el gozo y la búsqueda de la Luz,
el conocimiento y la verdad.
(Dios da la vida! (El amor da la vida!
(Y la vida se da a sí misma!
(No seáis hijos de la noche!
No os conforméis con ser pequeñas aves nocturnas
al acecho de la vida, que se esconden
cuando atisban los primeros resplandores de la aurora
porque tienen miedo a la luz.
Sed gente despierta, sabios de verdad,
sencillos de corazón, con inteligencia para conocer
el corazón del hombre, vuestro propio corazón.
Dejaos seducir por la luz.
Caed rendidos a sus pies
como el cántaro sediento de agua fresca.
(No cerréis los ojos!
(Hay una luz para ver, para vivir de verdad!
Y esa Luz es la presencia de Dios,
la presencia de los hijos de la Luz.
Es el perdón de Dios.
Vosotros mismos podéis ser luz,
y perdón, y presencia de Dios.
Lo nuevo os ronda,
se sugiere en vuestra alegría,
se pronuncia en vuestras palabras,
se expresa en vuestros gestos,
se desborda en vuestros sueños
y en vuestros mejores deseos.
Dejad todos los caminos abiertos
para que la luz,
y lo nuevo,
Tapices de
San Blas.

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