domingo, 23 de marzo de 2008

La Vigilia Pascual

Y ayer sábado llegó la Vigilia Pascual. En Benissuera la noche era fría y oscura, terriblemente oscura y desapacible. El viento y la lluvia llamaron a la puerta de la pequeña y recoleta Iglesia de S. José. A las 20 horas salimos y con gran esfuerzo encendimos la hoguera, siguiendo el bello ritual de la Vigilia Pascual.
Todo oscuro, el viento, la llovizna y nosotros intentando encender la hoguera. Bendición y encendido del cirio pascual. La hoguera, cuyas raíces se hunden en la noche de los tiempos, cuando el ser humano descubría en ella el Misterio. Comenzó el lucernario, la luz, sin menguar, del cirio pascual iluminó a los presentes, encendiendo cada uno la vela. El bellísimo pregón pascual y seguidamente la siguiente luz, la de la Palabra de Dios que ilumina nuestra noche: la Creación, Abbà como buen padre y madre prepara el hogar para el hijo, la Creación es el regalo del Creador al ser humano. Y el Padre libera al hijo de la esclavitud, prometiéndole un agua que saciará la sed. Este agua es la nos ofrece Cristo en el bautismo. Y finalmente la eucaristía, el alimento de los bautizados.
Y así concluyó la vigilia en Benissuera.
A las 11, sin lluvia pero con un feroz viento, comenzamos en Montaverner. Díficil reto, encender la hoguera, se logró y comenzó a amenazar a quienes intentábamos de ella encender el cirio, viva y peligrosa, la pequeña hoguera. Por fin, tras numerosos intentos y con el viento jugueteando y apagando la candela, lo conseguimos. Siguió la misa, este año con el resucitado en el altar. Al concluir el fuego del cirio pascual fue depositado en un cuenco, a fin de que permanezca durante toda la Pascua.
Y en Alfarrasí, por primera vez en su historia, un obispo presidió la misa. D. Enrique Benavent, quien está ayudándome estos días.

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