lunes, 18 de abril de 2022

622. 17 de abril de 2022.

 


En Montaverner el día 9 de abril partió a la Casa del Padre José Terol Tolsa (84 años).

SEMANA IN ALBIS

 

Lu 18 (10 Alf, ermita Cristo de la Agonía, 12 Mont Milagro de San Blas), Ma 19 (9 Mont y 20 Alf),  Mi 20 (9 Mont y 20 Alf),  Ju 21 (9 Alf y 19 Mont) Vi 22 (9 Mont y 20 Alf),  Sa 23 (9 Mont y Alf, 19 Mont, 19.45 Bell y 20.30 Alf) y Do 24 (9 Mont y Alf, 10 Semp, 10.45 Ben, 11.30 Guad y Alf, 20 Alf).                        

 

CONCLUYE LA OCTAVA DE PASCUA

FIESTA DEL MILAGRO DE SAN BLAS EN MONTAVERNER

A las 8 Rosario de la Aurora.  A las 12 Misa Solemne.  A las  20.30 solemne procesión. Al finalizar Ball de la Bandera y proclamación de los Festeros de San Blas 2023.

 

HORARIOS.

ALFARRASÍ.

Lunes de Pascua 18. A este Jesús lo resucitó Dios. Hechos 2, 14.22-23; Sal 15; Mt 28, 8-15. A las 10 en la ermita del Cristo de la Agonía misa en sufragio de Laura Soler Vidal.

Martes de Pascua 19. Convertíos y sea bautizado cada uno de vosotros en el nombre de Jesús. Hch 2, 36-41; Sal 32; Jn 20, 11-18. A las 20 misa.

Miércoles de Pascua 20. En nombre de Jesús, levántate y anda. Hch 3, 1-10; Sal 104; Lc 234, 13-35. A las 19.30 charla cuaresmal. A las 20 misa.

Jueves de Pascua 21. Dios lo resucitó de entre los muertos. Hch 3, 11-26; Sal 8; Lc 24, 35-48. A las 9 misa en sufragio de los sacerdotes difuntos de las parroquias.

Viernes de Pascua 22. No hay salvación en ningún otro. Hch 4, 1-12; Sal 117; Jn 21, 1-14. A las 19.40 santo rosario por las víctimas de la Covid. A las 20 misa en sufragio de las personas bienhechoras de la parroquia.

Sábado de Pascua 23. No podemos menos de contar lo que hemos visto y oído. Hch 4, 13-21; Sal 117; Mc 16, 9-15. A las 9 misa. A las 20.30 misa.

DOMINGO II DE PASCUA O DE LA DIVINA MISERICORDIA, 24. Estuve muerto, pero ya ves: vivo por los siglos de los siglos. Hchn 5, 12-16; Sal 117;  Apocalipsis 1, 9-11a.11-13.17-19; Jn 20, 19-31. A las 11.30 misa. A las 20 misa en sufragio de Paco Sanchis Aparicio.

 

BELLÚS

Sábado de Pascua 23. No podemos menos de contar lo que hemos visto y oído. Hch 4, 13-21; Sal 117; Mc 16, 9-15. A las 19.45 misa.

 

BENISSUERA

DOMINGO II DE PASCUA O DE LA DIVINA MISERICORDIA, 24. Estuve muerto, pero ya ves: vivo por los siglos de los siglos. Hchn 5, 12-16; Sal 117;  Apocalipsis 1, 9-11a.11-13.17-19; Jn 20, 19-31. A las 10.45 misa. A continuación Combregar d’impedits.

 

GUADASSEQUIES

DOMINGO II DE PASCUA O DE LA DIVINA MISERICORDIA, 24. Estuve muerto, pero ya ves: vivo por los siglos de los siglos. Hchn 5, 12-16; Sal 117;  Apocalipsis 1, 9-11a.11-13.17-19; Jn 20, 19-31. A las 11.30 Misa.

 

MONTAVERNER

Lunes de Pascua 18.  FIESTA DEL MILAGRO DE SAN BLAS. A este Jesús lo resucitó Dios. Hechos 2, 14.22-23; Sal 15; Mt 28, 8-15.

A las 8 Rosario de la Aurora.

A las 12 Misa Solemne.

A las  20.30 solemne procesión. Al finalizar Ball de la Bandera y proclamación de los Festeros de San Blas 2023.

Martes de Pascua 19. Convertíos y sea bautizado cada uno de vosotros en el nombre de Jesús. Hch 2, 36-41; Sal 32; Jn 20, 11-18. A las 9 misa.

Miércoles de Pascua 20. En nombre de Jesús, levántate y anda. Hch 3, 1-10; Sal 104; Lc 234, 13-35. A las 9 misa.

Jueves de Pascua 21. Dios lo resucitó de entre los muertos. Hch 3, 11-26; Sal 8; Lc 24, 35-48. A las 18.30 Charla Pascual. A las 19 misa.

Viernes de Pascua 22. No hay salvación en ningún otro. Hch 4, 1-12; Sal 117; Jn 21, 1-14. A las 9 misa.

Sábado de Pascua 23. No podemos menos de contar lo que hemos visto y oído. Hch 4, 13-21; Sal 117; Mc 16, 9-15. A las 9 misa. A las 18.40 santo rosario. A las 19 misa.

DOMINGO II DE PASCUA O DE LA DIVINA MISERICORDIA, 24. Estuve muerto, pero ya ves: vivo por los siglos de los siglos. Hchn 5, 12-16; Sal 117;  Apocalipsis 1, 9-11a.11-13.17-19; Jn 20, 19-31. A las 9 misa.

 

SEMPERE

DOMINGO II DE PASCUA O DE LA DIVINA MISERICORDIA, 24. Estuve muerto, pero ya ves: vivo por los siglos de los siglos. Hchn 5, 12-16; Sal 117;  Apocalipsis 1, 9-11a.11-13.17-19; Jn 20, 19-31. A las 10 misa.

 

EVANGELIO DEL DOMINGO

+Lectura del santo evangelio según san Juan 20, 1-9

El primer día de la semana, María la Magdalena fue al sepulcro al amanecer, cuando aún estaba oscuro, y vio la losa quitada del sepulcro. Echó a correr y fue donde estaba Simón Pedro y el otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo:

-Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.

Salieron Pedro y el otro discípulo camino de sepulcro. Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corría más que Pedro; se adelantó y llegó primero al sepulcro; e, inclinándose vio los lienzos tendidos; pero no entró. Llegó también Simón Pedro detrás de él y entró en el sepulcro: vio los lienzos tendidos y el sudario con que le habían cubierto la cabeza, no con los lienzos, sino enrollado en un sitio aparte. Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; vio y creyó. Pues hasta entonces no habían entendido la Escritura: que él había de resucitar de entre los muertos.

 

COMENTARIO AL EVANGELIO.

La resurrección de Cristo es un misterio que desencadena en la Iglesia un proceso de fe marcado por tres personajes y tres etapas: María Magdalena ve y busca respuesta en los apóstoles; Juan corre pero no entra hasta que pase Pedro, es decir, la comunidad joánica reconoce la primacía de Pedro; este entra y ve; finalmente es el otro discípulo, Juan, quien vio y creyó. Este itinerario es el que también nosotros de forma cíclica, en diversos momentos de nuestra vida recorremos. Asentada en nosotros la fe en la resurrección de Cristo en numerosas ocasiones la vida nos obliga a retornar al sepulcro vacío: la enfermedad, la muerte de nuestros seres queridos, las crisis en las relaciones afectivas y sociales, la pérdida de lo que consideramos para siempre (un puesto de trabajo,...), etc. nos conducen a la experiencia de vacío necesitada de búsqueda en la oscuridad. Por eso “hazte un Pedro o un Juan; corre hacia el sepulcro, hazlo a porfía” (S. Agustín).

SAN OSCAR ROMERO.

Y ojalá que la comunidad parroquial en la cual estamos en este momento sea cada vez una antorcha luminosa que atraiga, que conglutine, que unifique todas las fuerzas maravillosas de la colonia y de la parroquia; porque tenemos que llegar a eso, queridos hermanos Homilía. 17 abril 1977

 

CRÓNICA DE LA IGLESIA.

El Papa Francisco ha publicado el libro “Contra la guerra. La valentía de construir la paz”, el cual salió a la venta el 14 de abril junto con el diario italiano “Corriere de la Sera” y en las librerías; nombró al Premio Nobel de Medicina (1997), el estadounidense Stanley Ben Prusier y al etíope Zeresenay Alemseged miembros de la Academia Pontificia de las Ciencias; y a la argentina Emilce Cuda secretaria de la Comisión Pontificia para América Latina y miembro de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales; el 13 visitó al papa emérito Benedito XVI, quien el día 16 cumplió 95 años, el segundo papa más longevo de la historia de la Iglesia, por detrás de S. Agatón (102 años y 2 como pontífice), si bien Benedicto renunció a la cátedra de Pedro en 2013. Y el jueves santo celebró al misa de la cena del Señor en la cárcel de Civitavecchia, lavando los pies a 9 hombres y 4 mujeres.

A causa de la lluvia en la Catedral la imagen peregrina de la Virgen de los Desamparados, el Cristo de Medinaceli (Poblados Marítimos) y Cristo de la Flagelación (Torrent) participaron del vía crucis.

En la Catedral el arzobispo  presidió la misa crismal y los actos del Triduo Pascual. Previamente el 10 celebró misa en el Centro Penitenciario de Picassent.

 

CATEQUESIS DEL PAPA FRANCISCO

La paz que Jesús nos da en Pascua no es la paz que sigue las estrategias del mundo, que cree obtenerla por la fuerza, con las conquistas y con varias formas de imposición. Esta paz, en realidad, es solo un intervalo entre las guerras: lo sabemos bien. La paz de Jesús no domina a los demás, nunca es una paz armada: ¡nunca! Las armas del Evangelio son la oración, la ternura, el perdón y el amor gratuito al prójimo, el amor a todo prójimo. Es así que se lleva la paz de Dios al mundo. Por esto la agresión armada de estos días, como toda guerra, representa un ultraje a Dios, una traición blasfema al Señor de la Pascua, un preferir el falso dios de este mundo a su rostro manso. La guerra siempre es una acción humana para llevar a la idolatría del poder.

Pascua significa “paso”. Es, sobre todo este año, la ocasión bendecida para pasar del dios mundano al Dios cristiano, de la codicia que llevamos dentro a la caridad que nos hace libres, de la espera de una paz traída con la fuerza al compromiso de testimoniar concretamente la paz de Jesús. Hermanos y hermanas, pongámonos delante del Crucificado, fuente de nuestra paz, y pidámosle la paz del corazón y la paz en el mundo

 

LOS TUITS DE FRANCISCO.

Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen (Lc 23,34). Cuando se usa la violencia ya no se sabe nada de Dios, que es Padre, ni tampoco de los demás, que son hermanos. Se nos olvida porqué estamos en el mundo y llegamos a cometer crueldades absurdas. (10-IV-22)

Jesús es crucificado en los refugiados que huyen de las bombas con los niños en brazos. Es crucificado en los ancianos que son abandonados a la muerte, en los jóvenes privados de futuro, en los soldados enviados a matar a sus hermanos. (10-IV-22)

Si queremos verificar nuestra pertenencia a Cristo, veamos cómo nos comportamos con quienes nos han herido. El Señor nos pide que respondamos como Él lo hace con nosotros. No nos separa en buenos y malos, en amigos y enemigos. Para Él todos somos hijos amados. (12-IV-22)

Las armas del #Evangelio son la oración, la ternura, el perdón y el amor gratuito al prójimo, a todo prójimo. Es así que se lleva la #paz de Dios al mundo. Por eso la agresión armada de estos días, como toda guerra, representa un ultraje a Dios. (13-IV-22)

Pongámonos delante del Crucificado, fuente de nuestra paz, y pidámosle la paz del corazón y la paz en el mundo (15-IV-22)

 

CARTA A LOS CRISTIANOS EJEMPLARES.

Querido beato Lázaro Devasahayam:

Mediodía del miércoles de ceniza, el alma iluminada por la reciente visita de la imagen peregrina de la Mare de Déu dels Desemparats a los pequeños pueblos en los que crezco, mis pensamientos recorren la Vall d’Alcalà, en cuyo castillo nació el caudillo árabe Al-Azrac, derrotado en la batalla de Alcoi  en 1276, tierras de asentamientos moriscos abandonados a los que se suman Alcalà de la Jovada.

Oscuridad y luz, guerra y paz, lágrimas y sangre acompañan al ser humano desde su origen, en una guerra sin cuartel cuya decisiva batalla se libró en lo alto del monte Gólgota, emprendiendo el enemigo su retirada sin por ello rendirse en la contienda. Y en estas coordenadas se enmarcó tu vida. En la aldea de Nattalam, en Tamil Nadu (La India) el 23 de abril de 1712 naciste. Tu familia hindú pertenecía a la casta alta por lo cual lograste ascender en la carrera militar, “el gran capitán” te llamaban, y en la corte, donde fuiste ministro del reino de Travancore. Fue allí en 1741 conociste al militar francés cautivo Lannoy, quien te confortó explicándote la historia de Job y de Jesús. Los católicos habían establecido una misión en el lugar, recibiendo el bautismo en 1745 con 32 años, tomando el nombre de Lázaro y renunciando a pertenecer a la casta superior, al tiempo que predicabas a Cristo y la igualdad entre las personas. Arrestado, torturado y tes años después fusilado el 14 de enero de 1752, a la edad de 40 años, después de siendo rico hacerte pobre para, con Cristo, devolver la dignidad de hijos de Dios, a los últimos de tu sociedad. “Devasahayam trató a todos por igual y trabajó por la promoción de los dalits, y por ello fue perseguido y asesinado. Que su testimonio sea un ejemplo para todos nosotros”, afirmó el jesuita indio A.X.J. Bosco.

¿Cómo encontrar a Dios? Caminando a pie descalzo por los senderos de la Palabra de Dios, los sacramentos, la tierra, nuestros pensamientos, nuestro corazón, en el corazón de los demás.

 

EL MINUTO DE LA ESPERANZA.

Amiga y amigo lectora/lector:

Día sexto de la Semana Santa. Mañana del Sábado Santo. Atrás quedan las jornadas de confesiones, traslado, vía crucis, rosarios. Peldaños por los que ascendimos hacia el Triduo Pascual, con el pórtico de la Misa de la Cena del Señor y el lavatorio de los pies a las niñas y niños de catequesis de primera Comunión. A este siguieron los minutos de adoración ante el Monumento, las Horas Santas, los Vía Crucis, las meditaciones de las Llagas y las 7 Palabras, la Acción Litúrgica de la Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo y los Santos Entierros. Jornada intensa de retiro que construye nuestras comunidades parroquiales, porque orar juntos es el medio más privilegiado para crecer juntos.

La mañana del sábado es la de los preparativos de la Vigilia Pascual, el tiempo de espera con la Iglesia de la noche más santa del año, de la madre de las vigilias, la primera de todas las eucaristías. Y mañana domingo, el primero del año. Y ¡qué importante es el domingo!: “Así quedaron concluidos el cielo, la tierra y el universo. Y habiendo concluido el día séptimo la obra que había hecho, descansó el día séptimo de toda la obra que había hecho. Y bendijo Dios el día séptimo y lo consagró, porque en él descansó de toda la obra que Dios había hecho cuando creó” (Génesis 2, 1-3). Es decir, Dios descansó y por tanto el descanso es necesario para toda persona, pues no somos autómatas, ni somos individuos a modo de piezas de un engranaje social, somos personas. Seres abiertos a nosotros mismos, los demás, la naturaleza y Dios. Hombres y mujeres “imagen y semejanza de Dios” que necesitamos descansar con y para los demás, estar con quienes nos aman, escuchar les, mirarles a los ojos para hablarles, bendecir interiormente a Dios por darnos vida en la vida de nuestra familia, amigos y hermanos de comunidad parroquial, contemplar el jardín de nuestra existencia regado por el amor de quienes nos la dieron y nos la dan. El domingo no es un día más, es el día del descanso social que permite la asistencia a misa, la oración comunitaria y en familia, la escucha de Cristo quien me acompaña, te acompaña, y necesita, necesitamos, estar juntos, abriendo el corazón a Aquel que murió por ti, por mí, para abrir las puertas de la vida sin fin.

 

 

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